Una cita con mis nervios

Cita: dicese del verbo citarse, o sea verse con alguien  en un lugar para realizar una actividad en común sea caminar, ver una película, pasear por lugares que tienen aires románticos donde las parejas se juntan pare besarse mientras los dos trata de no caer en la atentación.
diferentes motivos y todos por el mismo fin, pero para llegar a el el cortejo es esencial, si sale como lo planeamos, pero aveces no.

¿Qué pasa después de ese hasta luego?

¿Qué es lo que hicimos mal?

Sólo el 20% por ciento de las citas son con alguien que nos interesa. el otro 80% son con Betty la fea, con Cuasimodo, con un Churro que solo habla de el partido de ayer o las olas de la mañana, con esa Hueca que esta mas preocupada de su cabello que de hablar de otra cosa que no sea cuando se estrena la última temporada de Hanna Montana.
 Cuando una salida es un éxito, uno lo sabe, no solo por ese sentimiento de felicidad sino por ciertos detalles que son cruciales, solo citando algunos:

• Cuando la chica se demora un poco haciendo sonar las llaves tratando de que la velada no haya terminado.
• Cuando el chico se esfuerza por hacerle reír a tal punto que solo se calma si el pedido de un besito en la mejilla es cumplido.
• Cuando la chica recibe un texto al final de la noche diciendo que lo ha pasado increíble.
• Cuando el chico invita de nuevo a la chica ella sin demora dice sí.

Se que no soy la única persona que piensa que debería haber un protocolo de salidas de parejas en flirteo, algo que nos indique que pasos seguir para mandar un mensaje en el cual aseguremos a la otra persona que lo esta haciendo bien, como una palabra clave que mandar para que todos estemos contentos y tranquilos de que todo marcha a la perfección , y si no es así, adiós adiós que te valla bien (8)

Siempre voy a hablar de la superioridad de los hombres en este tema pues viviendo en una sociedad machista dejan a las mujeres como en sala de espera queriendo saber que es o que podría ser. La mujer muy dificilmente puede tomar la iniciativa ya que él es como un conejito, si demuestras intenciones de abrazarlo, sale huyendo. Pero no generalicemos.

Si a todo esto le sumamos la compleja inseguridad de las mujeres, esa característica que les viene por naturaleza (solo hay que escucharlas mirarse al espejo y pronuncias esas malditas frases “estoy gorda”), nos resultará que todo este proceso se alargara y alargara hasta que a alguien le llega y diga las cosas claras. Cuando la cita termina los deseos de saltar como loca por todos lados se cumplen en cuanto cierran la puerta de su casa, pero si después no hay noticias del susodicho, la tristeza comienza rondar, muy aparte del nerviosismo de no saber que es lo que piensa. Las mujeres necesitan información para saciar su curiosidad y llenar vacíos en sus acciones, necesitan un estimulo que las impulsa hacer algo, sino cometen tonterías.
El cerebro de las mujeres es tan maquiavélico que el simple hecho de tener un interrogante comienza a formular mil y una hipótesis como varias formas para obtener aquella información por la cual la ansiedad crece como espuma.

 Pero probablemente el problema más grande que todos tengamos es la verborrea

MALDITA VERBORREA

Ese síndrome que hace que hablemos sin parar de cosas raras, tontas o que no nos conviene que esa persona se entere.
Ejemplo YO

En cuanto estoy frente a esa persona mis deseos de conversar y pasar un buen rato aumentan mis latidos, hacen que salte por todo alrededor para descargar energía, a veces cuando llego a mi casa siento que me he comportado como un niño de 6 años ansioso por abrir un regalo. Y en eso comienzo hablar de mi y de todo lo que me rodea, de lo que hice y lo que haré, hasta que la información se me acaba; siempre me olvido de pedir que me pidan callarme si hablo demasiado.

Al final todos queremos lo mismo
Alguien con quien acurrucarnos en una noche
Sea por solo disfrutar la compañía
O por disfrutar de un poco de sudor.