Según el común denominador, la sinceridad es una virtud pero para seres complejos como yo, es completamente lo contrario.
No todas las personas son capaces de soportar la verdad, asimilarla y seguir adelante; si no pueden aceptar que les digan sus tres verdades…
¿Entonces para que preguntan?
La vida esta llena de preguntas, igual que las relaciones, que termina por matar al curioso de la misma forma en que murió el gato. Un consejo, no preguntes; y menos si crees saber la respuesta, aunque tus deseos de drama novelesco no te dejen en paz, no lo hagas.
Las mujeres no podemos con nuestro genio, somos necias. Preguntamos y preguntamos y después nos enojamos, es por eso que nos llaman bipolares y nos preguntan si estamos con la regla cada vez que cambiamos de humor por algo que al parecer tiene lógica.
Situación 1:
-Carla ¿me veo mal con este vestido?-
-¡Sí!-
Situación 2:
-Mi amor, ¿Es verdad que nunca mirarías a otra mujer?-
-¿Crees que si pasa Larissa Riquelme no voy a voltear?-
Los hombres tampoco soportan tanta sinceridad; hay límites, aunque entre ellos sean más permisivos.
Situación 3:
-Dime que mi enamorada no es bella…-
-No lo es-
Situación 4:
-Mi mama es un ejemplo de mujer-
-Sep, eso lo comprobé ayer-

Mejor calladito pescadito
Tienes tus cositas. chvere... ya estamos siguiendo tu blog
ResponderEliminarChica V
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