Niña de la noche

Con la noche de escenario, una niña juega a ser mujer entre luces de neon y personajes de voz ronca. La presentan a cada nuevo cliente como Dalia, la perfecta amante.

A su edad, la princesa de la noche debería estar descubriendo lo bello de la vida; mientras tanto conoce mas de oscuridad y lagrimas que ninguno otro.
Hace un tiempo salio de su pueblo acompañada de esa muñeca de ojos movedizos, es lo único que queda de la niña que fue y olvido ser aunque se resista. Cada noche tienje que olvidar sus sueños, sus miedos; se convierte en la mujer que nadie conoce y nadie importa.

Para la joven amante es raro que las personas disfruten aquello que ella es obligada hacer cada noche, ella no conoce el placer ni el sincero contacto, solo sabe lo bien que se siente tomar un baño al final de la jornada para quitar todo el sudor, aquel que no es suyo.

La dama de la noche es menos que un objeto, no tiene nombre ni rostro; es una historia que calza zapatos de tacón y esta cubierta de rubor. Es una historia que se repite en cada esquina cuando se oculta el sol y los faros se encienden; en personaje perteneciente a un motel de mala muerte donde en el silencio obligaron a una niña a convertirse en mujer.

Cada año chicas, hijas de alguien, son arrancadas con engaños de su seguridad para llevarlas a cumplir el mas antiguo de los oficios, la prostitucion.
Probablemente los traficantes de blancas son los mas difíciles de ubicar, no solo por su constante movimiento, sino por el silencio de los agraviados que no saben o se confían de la buena fe la las personas.

Esto también se ha convertido en una atracción turística característica de cada zona donde impera más este tipo de comercio, lugares donde las autoridades pueden hacer poco o nada.